Al integrar los fragmentos en nuevos conjuntos por medio del collage (directo o mediado), estos recortes perdieron su valor como objeto único y se vuelven portadores de un mensaje, de una pregunta. Las piezas presentadas no adquieren sentido hasta que el proceso de archivo se hace extenso, lo que permite organizarlo para conducirlo a revelar su verdadera condición, un discurso, una ideología, que no es visible hasta que la acumulación lo permite.

Los fragmentos de periódico podrían hablar de la condición humana, de las construcciones de identidad social, del papel de la mass media y el abuso de la imagen en épocas digitales, de la desacralización de la muerte y la pérdida del sujeto como ser único.
¿La realidad es reducible a imágenes? ¿Los lectores del periódico son conscientes de esta reducción y esquematismo en temas como la muerte? ¿Si la representación del dolor es histórica, como afecta la saturación de imágenes en el mundo virtual a los periódicos amarillistas?

Casi como cuando se hacen estadísticas, no busco un resultado puntual, son apuntes, son configuraciones, a veces efímeras, a veces irónicas, son una herramienta de análisis y como toda obra de arte deja al espectador interpretar los datos.