MUJER PÁJARA – María Gabriela Estrada Loochkartt
Tu primera obra Gabriela. Obra. Obra de arte. Las putas galerías. Y el arte ya no parece tan liberador. Mercado. Vender. Producir. Concepto. Arte contemporáneo. El ritmo de la ciudad. La competencia. Ya no hay aire para respirar. Cajas y personas dentro de las cajas, unas encima de las otras. Todas las ventanas son iguales. Yo me enamoré del artista que se recogía en su rincón para crear, del que no puede parar, podría faltarle la respiración. Del que no piensa en institución, en convertirse en una eminencia.
Sé que no puedo devolver el tiempo.
Me fui.
Mirar al cielo
Respirar aire limpio
Acercarme a las montañas
Encender el fuego del día
calentar el agua para bañarme con totuma
Frío.
Barrer la tierra en medio de la neblina
Cocinar con leña
todo sabe ahumado
Sembrar las lechugas del almuerzo
Los artistas además de pintar jardines también pueden hacerlos.
Libros leídos
El barro secándose al sol
El horno cerámico a mil grados centígrados
Tejer mi piel y mis harapos
Vivir a la luz de la luna, de las velas
Vivir en un rito eterno
Escuchar los pájaros
Ser un pájaro.
Un pájaro que construye su nido
Enraizar en mi rinconcito del mundo
Una casita toda hecha con mis manos
para crear, para amar, para crecer
Que respira conmigo
Que tiene un corazón
Es mía.
Es para el mundo.
Es para el arte.
La casa y yo nos abrazamos todo el tiempo
Ella guarda mis sueños, mis miedos y mis amores
Cada
Comentarios de los jurados
Es un lugar común decir que la vida del artista es inseparable de su obra, aun en los peores casos, cuando el llamado artista actúa con calculo, premeditación y oportunismo para comercializar su trabajo o lograr cierto tipo de figuración, el vinculo entre las 2 sigue siendo claro y evidente. Pero es bastante inusual, que esta relación entre vida y obra llegue a un grado tal de simbiosis como en el trabajo de Gabriela Viridiana.
Imposible discernir los limites entre una y otra pues las dos son la misma cosa.
Hacer literalmente su casa, con sus propias manos, y no solamente la casa, todo lo utilitario que ella contiene, es un gesto de una potencia que solo el tiempo sabrá descifrar.
Autonomía, libertad, riesgo, generosidad, amor en el mas amplio sentido, y sobretodo resistencia, resistencia que en el momento histórico que nos ha tocado vivir se presenta no solo como una opción si no como una necesidad de supervivencia, para entre otras cosas, rescatar los valores básicos humanos que este sistema de la auto explotación personal, como la ha llamado un filosofo de moda, no termine por extinguir.
Luego del esfuerzo prolongado que Gabriela Viridiana ha debido hacer para llevar a cabo su proyecto, vendrá el tiempo de la reflexión y la escritura que seguramente la llevaran a encontrar nuevas posibilidades para seguir ahondando en su camino, tan vital y lleno de posibilidades. Y por ultimo, imposible no resaltar de su trabajo el carácter indefinido, híbrido , inclasificable que muestra de nuevo que el arte es el espacio mental y físico en donde la libertad deja de ser una palabra para convertirse en una realidad.