Formamos un mezcoliche entre lo popular y la crema; entre lo supuestamente chirri y lo
supuestamente gomelo, que se vuelven uno solo. Un ciclo donde cada uno se alimenta del otro. Esta mezcla inspira El Colgadero.

El Colgadero es una alegoría del tendedero de ropa que sale a la calle. En una cuerda se cuelgan y descuelgan objetos, y ¿Por qué no? Arte.

El Colgadero es una cuerda itinerante en donde nuestro colectivo, desde el postcriollismo y su identidad visual, tiende objetos producidos a partir de la gráfica postcriolla. Somos diez artistas con cuatro temas a tratar, llevando El Colgadero por distintas partes de la ciudad y del país. Nos adaptamos al espacio que vamos a habitar, poniendo la cuerda, de poste a poste, de árbol a poste, de balcón a árbol y con pinzas para ropa colgamos nuestro arte. Buscamos un espacio de intercambio, colgar cosas, que la gente se las lleve y si les da la gana, que ellos cuelguen otras. Cualquier cosa que llegue al Colgadero, si alguien no se la llevó antes, será recogida e intervenida plásticamente y re colgada para que otra persona la descuelgue.

Cuatro meses: cuatro ediciones. El último domingo de cada mes, El Colgadero sale a las calles para la gente. El primer tema es la copia barata que se desarrollará en San Victorino. El segundo es la ruma dembow tendrá una versión especial en Palomino, la Guajira. El tercero es el esoterismo postcriollo que tendrá lugar en el Septimazo. La cuarta edición, la inventiva popular y el rebusque llegará a Bosa.

Cada artista hará mínimo dos copias de su propuesta para cada edición. Una estará en una publicación final que servirá como registro editorial de nuestra acción. El resto de copias son para la gente y estarán en El Colgadero, que al final estará vacío.