A partir de la pintura busco explorar y reconocer las imágenes de un archivo visual personal (una mezcla entre fotografías familiares y propias) en las que no medió el cariño a la memoria, sino a la imagen misma. Un ejercicio de rescate del espacio entre las cosas, del fragmento, del detalle, de lo mínimo. Un consumo de la imagen que tiene su propio ritmo, más lento, detenido y consciente.
Es la búsqueda por preservar y demorar el mayor tiempo posible algo que podría seguir la velocidad de la vida contemporánea y desaparecer rápidamente en el olvido. Por lo tanto, se trata de un acto de resistencia, de no permitirme vivir la vida con tanta prisa, de no seguir sintiendo que el tiempo se desliza entre los dedos. Tengo la intención de darle cariño, la dedicación y el valor a esos pequeños espacios, al color, a la luz.