Una conversación entre abuela y nieta, aire que va y viene, contenciones que se cargan a sí mismas y estallan en el cuerpo de la otra porque eso es lo único que pretenden ser, al mismo tiempo esa voluntad de la forma sólida del aire, que es insostenible, solo llega a adquirir estructura cuando revienta y se esfuma. El  material  entre las dos, lámina de almidón de yuca, implica atravesar desde lo efímero, lo destructible en el tiempo y la descomposición del material orgánico. Es dejarse permear por aire sólido, pequeños cadáveres que emanan de ellas mismas.