“Buenas, que bonito es saludar y ser saludado” – Luciana Davila
Entrega final Taller básico II con el profesor Edgar Guzmanruiz.
Cuando pienso en el hogar, no pienso en mi casa, en mi espacio privado y, por lo tanto, íntimo; tampoco en las personas que rodean ese espacio. Más bien, pienso en las calles que me acompañan y me abrazan, los buses, los paraderos, las tiendas, los puentes, las avenidas, la multitud. La ciudad es mi hogar, en ella encuentro mi reflejo, encuentro respuestas a preguntas que me agobian; encuentro en la complejidad y los múltiples matices y contrastes de Bogotá todo eso a lo que no le puedo dar palabras, me encuentro a mí siendo una partecita mínima de un caleidoscopio que somos todos, que somos la ciudad. Para mí el Transmilenio refleja el sin fin de matices y contrastes que es esta ciudad, que soy yo y somos todos, seres complejos, contradictorios, que podemos ver nuestro reflejo en la multitud que pasa todos los días por estos buses rojos. Y, a la vez, las ventanas de estos buses recorren de punta a punta toda esta ciudad, nos muestra esos contrates que no sólo se encuentran en nosotros, sino en la manera en que construimos el espacio que habitamos.