Egresados: Alberto Miani participó en la creación de 99u., una marca de objetos de diseño creados por artistas
99u. es el proyecto producto de la colaboración entre el estudio de diseño y producción El Cajón y el colectivo curatorial Paraíso Bajo. Alberto Miani, artista egresado de nuestra Facultad, es el encargado de esta iniciativa por parte de El Cajón y Daniela Gutiérrez, artista de la Universidad Javeriana, representa a Paraíso Bajo.
El propósito de la marca es producir y vender artículos funcionales de diseño “en los que los insumos vienen del mundo del arte”, como lo explica Alberto Miani. Se trata de objetos con los que se busca divulgar el trabajo de artistas que aún no son reconocidos y conectarlos con los espectadores y posibles clientes o compradores. “El medio del arte es muy cerrado, muy críptico, y, por eso, la gente no tiene mucho acceso a estos artistas”, comenta Alberto.
Esta libreta que se lanzó el pasado mes de junio es el primer producto de 99u. Fue desarrollada junto al artista Camilo García y plasma el hilo conductor de su obra que son las ideas de partícula, tiempo, relación, lenguaje y contexto. El segundo producto de 99u. es un mantel creado por el artista Edi Jiménez. Jiménez decidió ponerle el nombre “Un espacio seguro” a este producto. Actividades como pintarse las uñas o conversar, “actividades que uno hace en un espacio seguro”, explican la intención de este mantel. Se lanzó el 4 de julio en la tienda de arte, libros y objetos NADA, en Bogotá.
Alberto y Daniela ahora están trabajando con la artista Sofía Reyes para crear ceniceros, el tercer producto de 99u. que van a lanzar en ARTBO. Escogieron a Sofía Reyes por el uso de las palabras en su obra. “Nos pareció interesante porque con ella vamos a hacer un juego. Ella va a escribir frases que hablan sobre afecto y emociones y la idea es que entren en choque con el uso del cenicero, que es precisamente apagar cosas encima. Va a ser un producto con un ejercicio poético”, cuenta Alberto.
99u. es un proyecto de diseño, de edición y de curaduría, pero también tiene una intención explícitamente comercial. “El proyecto es realmente parasitario de un proyecto más ambicioso que decidimos nombrar Capital Sentimental y nace en 2018 como respuesta a la necesidad de generar fondos de manera autónoma”, explica Alberto. Las 99 unidades que se producen de cada producto permiten un ejercicio de coleccionismo, pero tienen un precio “amigable”, palabra de Alberto, para facilitar su venta. La libreta y el mantel tenían un precio de $40.000, pero el cenicero, que costará menos producir, tendrá un menor valor.
Escrito por: María Alejandra Castro