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16 mayo, 2022 - 12:00 am
Este martes 23 de noviembre a las 4pm están invitados a la charla que se realizará sobre Rever con los artistas y curadores participantes vía zoom aarea.co
El poema REVER de Augusto de Campos sugiere una acción; ver de nuevo. Es una palabra con un efecto poético. La V de Rever es un gesto espejo y a partir de ella se voltean las dos letras restantes. La V de rever crea un eco a imágenes y significados de la misma palabra en otros idiomas; inglés -never, ever- o en francés -soñar, sonner-. Rever es revisar. En un solo elemento morfológico se conjugan no sólo lecturas, sino teorías que formarán la estructura de la poesía concreta brasileña. Esta sola palabra y su entramado lingüístico y visual, son el punto de combustión a la invitación que hicimos a María Isabel Arango Velásquez, David Escobar Parra y Wallace V Masuko a dilucidar las viscosidades de los gestos, de las ficciones/narraciones, a reinterpretar y explorar otras lecturas a partir del sugerente acto de rever del poema de Augusto de Campos.
Lee lo que ves, suelen decir los oftalmólogos en una cita para evaluar el estado de la visión de una persona. Rever es un laberinto con 64 puntos de partida, o de llegada. 64 puntos para perderse en un camino. A la entrada, Augusto susurra una de las muchas modalidades de su poema. Un mapa laberinto de Sebastián Antonio Restrepo Sierra ubica al visitante. Es un laberinto con 64 puntos de fuga que tiene una línea del horizonte en la mitad, un pliegue que en una bisagra descubre un mundo y su inframundo. María Isabel escribe poemas a Augusto sobre el acto de ver de nuevo porque escribir hoy en día, y hoy más que nunca, no es más que reescribir, remasticar. Estos poemas se vuelven una voz que guía, como un susurro, el camino. Están escondidos en cada tramo del recorrido, aparecerán de repente. Los poemas de María Isabel tienen traducciones que brincan entre el español, portugués e inglés y se conciben como procesos de transcreación sugeridos en el trabajo de Haroldo de Campos, donde la traducción poética se contempla como un acto de navegación entre lenguas. Un acto que sin conocer el idioma lo descubre, un acto que se deja llevar por el sonido captando una dirección, una luz que alumbra un sentido. Un hombre (Sebastián) se perdió caminando las montañas aledañas de Medellín. Sus amigos lo buscan por caminos que se bifurcan. David y otros caminantes recorren las montañas una y otra vez. Wallace atrapa y mapea coordenadas desde Brasil. Cuando se camina por un sitio una vez, es decir, la primera vez que uno va a un lugar, a cualquier lugar, al lugar que sea, ve ciertas cosas. La segunda vez tal vez vea otras. Lo cierto es que al cabo de unos días, cuando el paisaje se vuelve corpóreo, se mimetiza con nuestra cabeza dejando atrás las coordenadas que habitualmente captamos, los puntos que vemos se convierten en otros. Los dejamos de ver.
David recorre de nuevo esas montañas que ha recorrido una y otra vez en los últimos meses. Toma imágenes de sus recorridos para unir los pedazos y los fragmentos, para ver de nuevo. Encuentra pistas que el visitante a esta web debe también encontrar. Cuando el cuerpo aprende a andar, los ojos guían los pasos pero la familiaridad del recorrido toma otros matices. Ya no estamos en modo alerta. Ver y buscar son cosas distintas. Los sentidos se agudizan en modo búsqueda. El ojo que busca anda expectante, espera un encuentro, deambula en estado de alerta. Ese estado de alerta es una prótesis para la atención. Ver y mirar despacio, de modo fragmentario y notando las texturas requiere tiempo, requiere de una visión caleidoscópica donde el cuerpo no está en estado de alerta sino en estado de absorción. Perderse en un bosque es empezar a mirar. Perderse es no llegar a ningún lugar. Una palabra aleatoria aparece de repente. Pertenece a un tesauro que atraviesa este nuevo camino o tal vez este otro. Un tesauro es una equivalencia. Un sinónimo que nos dice; esto se parece a esto. Este es un tesauro de gestos re, de gestos espejo. Cada palabra lleva a otra palabra que lleva a otra palabra. A todas las palabras que son sinónimos o que evocan la acción de rever y todas las conjugaciones posibles en español y portugués. Este tesauro es un laberinto. Wallace le da forma a este recorrido, pega las partes.
El gesto espejo es una analogía de un ojo que mira al otro ojo. Si la V es el centro de la palabra poema de Augusto, la V de un rostro es la nariz. La traducción es un ojo que mira al otro ojo. La V de rever es una bisagra que pliega el mundo. Como lo es la línea horizontal de este laberinto. Ahora solo vemos bisagras y todo empieza a tener un doblez por su mitad. Todo empieza a tener su mundo y su inframundo. Rever es un laberinto. Rever es reescribir. Rever es remasticar. Rever es volver a pasar por los caminos que ya se recorrieron. Rever es volver a ver. Rever es una imagen espejo en torno a una V central. Rever es un espejo. Rever es una palabra como un cohete ruidoso que llama nuestra atención repetidas veces. Never, ever, una imagen que continúa para siempre. Rever se posiciona contra todos los poemas oníricos de vanguardia. Rever sigue siendo un proyecto verbivocovisual. Rever son los gestos re. Rever es un gesto espejo. Rever es tantear, es volver a bordear. Rever es contornear.