Es un encuentro sobre esa cosa que es escribir en arte. No escribir sobre arte. Eso es otra cosa. Escribir sobre la escritura en el arte, esa escritura de los quiebres y lo experimental. Esa escritura gris, sin género, circunstancial. Esa escritura viva, porosa, residual. Esa escritura que no solo comunica sino que es material para compostar la historia y origen del dibujo o la imagen o la acción. Esa escritura que juega con combinaciones, que no sigue reglas, que ensaya en los márgenes y germina otros mundos. Esa. La que no tiene formato y se pregunta por las potencias de la escritura, que como un fuego fatuo brilla en terrenos fangosos, es tenue y fugaz, una presencia levitante. Esa escritura que pliega el tiempo hasta la potencialidad mística de la palabra figurada, hasta modular la palabra como forma.