En Eclipses un hombre alto entra a un ascensor y ensombrece con su cuerpo a una mujer joven que está en el interior. La cámara muestra que el espacio se reduce y ella busca escalarlo a él para lograr salir. El hombre entra a un apartamento amplio y contempla la ciudad por la ventana. Una prótesis auditiva en su oído compensa el vacío al interior con el sonido del exterior. La mujer recorre un parqueadero y se sube a una camioneta que la supera en escala, se recuesta y se queda dormida. Simultáneamente un joven se despierta, camina por el borde de una piscina y se percata de la presencia de una mujer. Los dos cuerpos se atraen y se repelen dentro del agua. Los cuatro personajes se conectan por las relaciones de sus cuerpos con los espacios en los que interactúan.

Usando el lenguaje cinematográfico, Eclipses contrapone la relación física entre diferentes tipos de cuerpos. La obra audiovisual interroga aspectos del cuerpo como el género, la escala y la identidad por medio de una secuencia que carece de diálogos. Las escenas están entrelazadas a través de acciones y gestos. Una mujer encaja en un carro y un hombre no cabe en su cama. Un carro sale de un parqueadero y un cuerpo entra en una piscina. Los cuerpos entran en estado de crisis. El diseño sonoro busca explorar distintas distancias, texturas y escalas. La composición musical funciona como un contrapeso de la imagen, construyendo una atmósfera de ambigüedad y misterio que contribuye a la articulación de una narrativa abierta.

Eclipses fue patrocinado por el Departamento de Arte, el Centro de Investigación y Creación de la Facultad de Artes y Humanidades y la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la

Universidad de los Andes. Adicionalmente el proyecto recibió fondos para la postproducción de Hamilton College.