Imagino un mundo mitofísico en donde puedan convergen las creencias y saberes ancestrales como las de nuestro mundo circundante. Un mundo en donde convivan dos tipos de pensamiento que aparentemente son diferentes, pero que en realidad se complementan.

Propongo entonces un espacio en donde el espectador reflexione sobre el mundo en el que vive, y como éste puede llegar a relacionarse con el entorno natural y urbano en el que habita, a partir de una serie de dibujos y de la instalación de unos objetos que den cuenta de nuestro pasado y presente.