Este proyecto nació de la curiosidad en el trabajo que realizan mujeres barequeras del Chocó. Ellas practican la minería artesanal que consiste en extraer oro de los ríos y corrientes aledañas de donde viven. Este trabajo implica sacar cantidades inmensas de tierra de las orillas del río a punta de pica y pala. Luego separan el  material, hasta que quede la tierra más fina. Para finalizar, ponen ese material en una batea (herramienta de madera, aprox. 40 cm de diámetro, similar a un plato redondo), la meten en el agua y comienzan a “lavar” la tierra para separarla del oro, pepitas de menos de un milímetro. Al verlas realizando su práctica, me sentí asombrada de la capacidad física que tienen.

No es solo el tiempo que duran trabajando, sino también las condiciones climáticas (humedad) y las posturas extremadamente incómodas… para alguien que no está acostumbrado a la práctica. En este punto empecé a preguntarme cómo estas experiencias me afectan o cómo puedo relacionarme con ellas. Por medio de una serie de dibujos, su registro y material audiovisual de la práctica, propongo un diálogo entre estas mujeres y el espectador al exponerlo a las mismas condiciones en las que ellas trabajan.