Impermanente y maleable – Daniela Arango

A través de persuadirlo al cambio, me olvido del desecho plástico. En vez, lo observo como material en su composición, textura, color y maleabilidad. Comienzo un diálogo con su transformación, accionado por el calor, la fragmentación y el ensamblaje. Lo trato como masa que está en un devenir constante, igual que toda la materia; su forma no es permanente, pertenece a un ciclo de mutación, se puede utilizar una y otra vez; es materia en potencia. Aprendo; me escucha, pero también sugiere por dónde ir. En su plasticidad escultórica encuentro analogías con los relieves, las rocas, minerales, paisajes y la ciencia que los estudia: la geología. Así, creo una serie de esculturas que asemejan rocas y superficies artificio, en un paralelo a la tierra que comienza a mover, erosionar, corroer, despedazar, derretir, aglomerar la basura de plástico que dejamos sin lugar, fusionándola con el suelo, el mar, los cuerpos y las superficies hasta replantear la manera de entender la geografía. Las capas geológicas ahora contienen información de este nuevo material creado por el ser humano. Esta es una experimentación plástica, un diálogo con la materia sintética que termina por acoplarse a los ciclos de la tierra.