Subo a la derecha por el letrero que dice “Tierra Negra”, lo más raro es que ese camino pareciera lleno de presagios sobre lo que viene. Veo perros negros, gallos negros, el humo negro de las chimeneas de las casas, motos negras. Lo único que resalta son los uniformes de colores de los niños que a esa misma hora salen al colegio.

Mi papá y yo siempre saludamos a la gente en el camino, a veces personas caminando con sus hijos, pero la mayoría trabajadores en camino al mismo lugar que nosotros. Que es por la inspección a la izquierda, dicen siempre. pero “la inspección” es una “y” con un letrero que está doblado y a punto de caerse, donde sólo si se observa con atención, se ve escrita la palabra inspección. Cinco minutos más, paso la talanquera y entro.

Así, llego a encontrarme con mi objeto de estudio, mi obsesión. La mina de carbón.

Descubrir es sinónimo de confundirse. O de no entender. Porque casi siempre se tiene un color en mente cuando se piensa en un eucalipto, pero ese color nunca es el negro.