Comentarios de los jurados

LA OBRA

Una serie de dibujos en carboncillo y pastel seco -fachadas frontales de edificios-, colgados del techo y dispuestos de tal manera que generan una espacialidad semejante a una vista urbana, en la que se entrecruzan y obligan a un recorrido. En una pared, un poco aislados, dos dibujos de fachadas de edificios más pequeños, ricos en detalles y elaborados en una vista en contrapicada que sugieren una relación más cercana y con el observador.

Las fachadas de los edificios grandes son como son los edificios grandes de las ciudades modernas: saturantes y agobiantes. Sin embargo, una infinidad de detalles en las ventanas sugieren alteraciones de esa masa, escapes a individualidades que rompen con la formalización. Cortinas de distintos colores y estilos, unas totalmente cerradas, otras entreabiertas, nos esconden espacios definidos y actividades particulares.

En algunos de los dibujos estas ventanas y cortinas están dibujadas con delicadeza y con un cierto carácter que las individualizan. Se evidencia un placer en contar una historia escondida, pero sin llegar a la anécdota. En otros, las cualidades plásticas de la fachada se confunden con las de la obra misma; unas tonalidades acertadas, detalles difuminados y puntos de color que enriquecen el conjunto.


COMENTARIOS Y RECOMENDACIONES

En general el conjunto está muy bien logrado. Sin embargo, en un par de dibujos llega a sentirse la fatiga -por la repetición quizás- y los detalles están un poco descuidados; muy evidente e impersonal el trazo de regla, un descuido con la textura del papel y el manejo del pastel. Pienso que, después de un descanso, merecerían ser retomados.

Los dos dibujos de la pared son un gran contrapunto al conjunto; una bocanada de aire entre tanto edificio. Pero muy débil. Más dibujos y una disposición estudiada lograrían una mejor relación del conjunto, creando en el espectador una experiencia urbana muy enriquecedora, contemplativa y bella.