Decidí escribirle porque recordé que es más fácil hablar con alguien que no sea yo.

Como sabrá, últimamente ha sido fácil sentir que a nuestro tiempo lo rodea un delicado velo que protege a las cosas de suceder. De ahí que lo más atroz parezca ilusorio. Quiero construir algo que dé tiempo a un mundo con y sin el velo. Pensaría que se trata un espacio que permita sentir lo constante de las acciones; lo incomodo, lo bien sabido; pero también lo suave y lo desconocido. Un lugar simulado que aparezca con la potencia que otorga la desaparición. Similar a esos textiles verdes que recubren las obras en construcción. Quizá por eso últimamente pensé en saltar del puente, y cuando por fin lo hice me di cuenta de que no me caí.

Como notará no quiero decirle mucho más. Espero que pueda sentir algo así; una intuición de lo frágiles que son los hechos, o por lo menos cualquier cosa que yo no le pueda describir.