Vacío

 

Recuerda ese momento de vacío, ese momento donde tu cuerpo físicamente no está entendiendo el porqué de la situación, el porqué existe la situación. Recuerda esas reacciones que tu cuerpo desata, el pecho oprimido, desfallecimiento en el torso,  piernas que ya no existen. Piensa en lo que pasa minutos después, esas inexistentes ganas de vomitar, y la forma en la que tu cabeza quiere explotar, titila y titila, titila de tanto llorar. 

 

Es duro, ¿no? Siento que es la parte más difícil de vivir, sentir cómo el cuerpo reacciona a esas situaciones. El ver y entender que ese ser vivo ya no está en este plano terrenal. Tu has vivido una situación similar, tú has vivido el como tu cuerpo se tambalea después de la noticia. Tu has vivido el como tu cuerpo ya no se siente, si, ya no existe y se suspende en el espacio por tan solo un momento.

 

Que difícil es sentirse vivo cuando alguien ya no lo está, respirar duele, tanto física como metafóricamente. Lo desgarrador del asunto es que tú lo viviste diferente, pero tu y yo pudimos sentir ese microsegundo de ya no estar. 

 

Se que no hay muchas palabras para describirlo, pero no existen verbos para que tú y yo describamos ese segundo de vacío. Sentémonos un segundo a pensarlo, puede que no hablarlo, porque ¿cómo lo vamos a hablar?, ¿contar las palabras y llorar? Puede que no. Este es un momento de la vida que solo se puede sentir, si queremos hablarlo tendremos que traspasar ese plano físico y material. Si queremos hablarlo tenemos que salirnos de nuestros cuerpos. Si quieres hablarlo tienes que volver a sentir ese vacío que nos genera la palabra que no existe.

 

Lo siento, pero más adelante lo volveremos a ver.