Lipograma A

Lipograma. A.
 
Desde que tengo uso de mi cerebro, o por lo menos cierto control sobre lo que pienso, he descubierto en mí un terrible sentimiento que vive hecho un ovillo en mi pecho. Es un miedo, un dolor como si estuviese herido, como quien revive un sueño tenebroso después del tiempo, como se viven los eventos duros. Es el entender que no tengo un origen. Pienso en mi devenir, en los conocidos que me precedieron, en todo y todos los que debieron ser mi origen, mi inicio, todos los que debieron ser eso en lo que pienso si giro el rostro y observo lo que fui. No, no los veo. No hubo un primer recuerdo, un primer ser. No hubo, no.
 
No conseguir en mis recuerdos ningún reflejo, ningún rostro, ningún gesto de sentimientos o futuro, es triste. Es como no tener símbolos y querer escribir, como perder el poder de decir lo que se quiere. No vengo de ningún sitio, de ningún ser.
 
El fondo del corredor se ve del mismo color que su otro extremo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
(Get it? No hay origen… No hay A… La primera letra… ¿No?)