Corcho 1, botella 3, vino tinto carmenere

“La botella de vino” 


Pablo Picasso
(1922)

¡Lo corché! es la expresión que se usa para definir que un sujeto x no ha podido adivinar o acertar correctamente un cuestionamiento. “Alcornoque”, alguna vez escuché que fue usada para ofender a un sujeto x con poco sentido común, ahora sé que también es el nombre de un árbol. A dicho árbol una manta lo cubre de todo tipo de males y el hombre lo despoja de ella para fabricar el corcho. Parece ser un proceso rustico y brusco pues con hachas atacan esa gruesa manta, pero intentan no lastimar a el árbol. Después de un largo proceso llega convertida en un pequeño cilindro incrustado en una botella de vino. Dicen los que saben de vinos que el corcho le da un mejor sabor, yo lo que sé del corcho es que sin él el vino es más fácil, más fácil de tomar. Si quieres tomar una copa de vino después de un día atrapado entre las máquinas de vapor y el carbón de la ciudad necesitas una herramienta especial para extraer el corcho de la botella, existen gran variedad de sacacorchos, la mayoría tienen apariencia de instrumentos de tortura, intimidantes por su punta afilada, esta se debe incrustar en el tapón de la botella, se  rota el sacacorchos para que por física del espiral se vaya incrustando, una vez que se incrustó totalmente en el tapón hay que tirarlo con fuerza hacia arriba para extraer el corcho, siempre sujetando firmemente la botella. Si no tiene sacacorchos, también se puede hacer este proceso con un tornillo, difícil, pero se puede. Alguna vez quise un corcho para que fuera la brújula de mi vida, literal, acababa de ver en un libro de texto de biología como con un simple corcho y unas agujas imantadas podía saber donde estaba el norte, donde se supone que todos quieren ir; en esa ocasión no teníamos sacacorchos ni tornillos, tuvimos que hundir el corcho en el amargo vino tinto, podía ver como flotaba como un pequeño barco en aguas negras, la botella de daba ese aspecto oscuro a todo liquido que se pusiera dentro, se supone que hay una razón por la que las botellas de vino tienen ese color, pero tampoco sé nada de botellas de vino, el punto es que para liberar al pequeño barco de su encierro en vidrio, decidí romper la botella, mi madre se alarmó y me advirtió que el corcho tendría vidrios y no lo podría usar, así que nunca pude hacer mi brújula y desde entonces no se para dónde voy.