Agua

Shhhh. Se abre la lluvia manufacturada y comienza a picar contra la baldosa. Glugluglug. Escurre y escurre hacia el drenaje por el delicado diseño inclinado. En un minuto empieza a subir el humo puro y cuando ya no me veo clara en el espejo entro al pequeño diluvio. Shushh. Cierro la cortina tras de mí. El agua resuena en el plástico. Trumtrumtrum. Sé que en este momento estoy tranquila. En el setenta por ciento cincuenta centímetros de la unión de piso para recibir las gotas diagonales. Nadie me ve y yo sólo veo el vapor. Soy libre. Shhhh.

No me baño por limpiarme. Me baño por el agua. Me baño por la gratitud del agua que todavía existe. Me baño por sentirla en mi espalda. Me baño por el vapor de agua que respiro encajonada. Me baño para tocar mi cara. Me baño para sentir mi pelo suave. Me baño por la caricia de la esponja sobre mis piernas. Me baño por el calor profundo y amable. Me baño para sentir mi cuerpo y amarlo. Bañarme es amar mi cuerpo.

Eso es lo que enseñan los meses de no querer bañarse. La tristeza hace que quieras dejar de amar las cosas vivas. Cuando no te cuidas pierdes la capacidad de amarte. El amor cuida. El amor se cuida. El agua cuida a todas las cosas vivas.

Por eso me baño. En el blanco y el agua contada no hay nada que inspire dolor. En el desnudo y descalzo sólo hay vista para el agua que corre en un oasis de poros. Los pulmones se abren al agua respirable. Los ojos se llenan de agua de ternura. Las extremidades se purifican como el rocío a las flores. Limpiarse es cuidarse. Cuidarse es mantener. Mantener es proteger el futuro.

Ahora creo en el futuro porque me baño. Protejo mi futuro al bañarme. Me baño para seguir protegiendo mi futuro. Creo en mi capacidad de bañarme todos los días. Creo en el vapor. Creo en el agua. Creo en los días cansados cuando el agua libera. Creo en los días alegres cuando el agua inspira. Creo en el presente tranquilo. Y creo en una tristeza futura en la que me pueda seguir bañando.

Cierro la llave y espero. Cierro los ojos y sueño sobre el baño de mañana.

Respiro. Abro los ojos y abro la cortina.

El agua vive en mí.

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